domingo, 16 de septiembre de 2007

Actitudes que emocionan

Domingo bien temprano por la mañana. El día está soleado, pero el frío se impone y genera un clima incómodo. El estadio de rugby no cuenta con mucho público, pero aún así algunas personas dicen presente y le hacen el aguante a los pibes de las Menores de 15, quienes ya salen al verde césped para divertirse. Ninguno de los integrantes de ambos equipos sabe que el partido a disputarse tendrá un condimento sumamente especial.


De un lado, Virreyes, conjunto juvenil de una de las zonas más carenciadas del conurbano bonaerense, que hasta el momento no ha ganado ningún cotejo en el campeonato. Del otro lado, Los Matreros.


El árbitro hace sonar su silbato. Comienza el encuentro. Los minutos se consumen rápidamente mientras que los chicos disfrutan de su pasión. De repente, se lesiona un jugador de Virreyes, que no tiene suplentes: 14 contra 15. Y ahora el panorama se perfila un poco más difícil.


Entonces, cuando la superioridad numérica es clara y al mismo tiempo injusta, al director técnico de Los Matreros se le ocurre una idea tan noble como admirable. Decide sacar a uno de sus dirigidos para que el pleito quede en igualdad de titulares: 14 contra 14. Y a seguir tackleando, ejecutando drops y convirtiendo tries.


Por cierto, el jugador que es retirado de la cancha entiende perfectamente el mensaje de su entrenador y, a pesar de que le habría encantado jugar los 80 minutos, no se le advierte ninguna queja por la decisión. De hecho se lo ve feliz en el banco de suplentes, sentado junto a sus compañeros.


Los chicos de Virreyes, que están perdiendo, se sorprenden con lo que sucede ante sus ojos y por tal motivo aplauden a sus rivales por ese gesto tan positivo y ejemplar. Los hinchas locales y visitantes también.


El partido continúa. La alegría pasa a ser la atención de este domingo tan hermoso. A los 28 jugadores se los percibe inocentes, contentos y despreocupados. Ellos siguen tackleando, ejecutando drops y convirtiendo tries.


Ya no queda mucho tiempo. El cronómetro del árbitro indica que el encuentro ha llegado a su fin. Suena el silbato por última vez. Y para culminar una mañana llena de emoción y amistad, Virreyes logra quebrar la racha adversa y gana su primer partido del torneo.


Igualmente el técnico del equipo vencedor les pide a sus juveniles que no festejen en el campo de juego, sino que se reserven la euforia del triunfo para el vestuario y que antes saluden con fuertes abrazos a sus amigos Los Matreros, quienes ahora son los que aplauden y reconocen el gesto de respeto del conjunto adversario. Realmente ha sido un día especial.


En tiempos en los que la violencia, la ingratitud y la falta de compañerismo, entre otros malos modales, son protagonistas principales y comunes en distintos aspectos de la vida cotidiana, posiblemente la
actitud que han tomado estos chicos y sus entrenadores en una cancha de rugby brinde una esperanza y permita creer que ciertas batallas y ciertas ideas no están perdidas para siempre.

Por Pablo Medina

3 comentarios:

Marco dijo...

Grata sorpresa descubrirlos!

Link y saludos.

Anónimo dijo...

MUY BUENA LA NOTA.

Anónimo dijo...

Te felicitamos por la nota pabloo!!

ayer nos enteramos que no vas a esyar mas en el porgrama.. que bajon! te vamos a extrañar!

tenias la re carisma! es una pena!!

te mandamoss una besotess

Clari y Patri (del Centro)