lunes, 23 de junio de 2008

Un pequeño percance

Algo había cambiado en Nicolás. De repente sintió que el mundo había dejado de ser mundo y que habitaba en un paraíso de sueños perdidos y lejanos. En cuestión de segundos nomás, este pibe de 14 años mostró una sonrisa sincera, y sus ojos se iluminaron como dos faroles bien candentes en una fría noche de invierno. En un breve suspiro, también, aquella tarde triste y gris ya se había convertido en el día más agradable y más soleado en la vida de este alumno de secundaria. Definitivamente algo había cambiado en Nicolás.

El reloj señalaba las nueve y media de la mañana de un miércoles nublado, cuando su amigo Lucas le deslizó una frase que nunca olvidará:

- ¡Nico, no sabés lo que me enteré!

- ¿Qué pasó?, preguntó el adolescente con un enorme grado de incertidumbre.

- ¡Micaela gusta de vos!, contestó Lucas, a quien se lo notó un tanto inquieto al dar la noticia.

Esas cuatro palabras, “Micaela gusta de vos”, fueron el detonante para que Nicolás hiciera estallar su corazón de felicidad y en consecuencia experimentara las sensaciones más hermosas en apenas un abrir y cerrar de ojos. El abrazo entre los dos chicos sintetizó la emoción de ese instante único. Todo era color de rosa, la armonía tomaba protagonismo y, de hecho, parecía que el sol había absorbido los sonidos que acompañaban a estos compañeros del alma de Segundo Computación turno tarde.

Sin embargo, aquella placentera situación se desvaneció, apresuradamente, en un sin fin de protestas. Una voz ronca y molesta interrumpió:

- ¡¿Qué hacen, boludos?! ¡Defiendan, que se nos viene la contra!, alertó un desesperado Bautista.

Nicolás y Lucas se miraron inmediatamente y empezaron a correr tan rápido como si los persiguiera un lobo hambriento y furioso. El esfuerzo de ambos, finalmente, no alcanzó. El hecho ya estaba consumado. El error había tomado consecuencias: gol para Segundo Automotores, el rival de siempre, que se puso 2 a 1 en el partido organizado en Gimnasia, la materia preferida por la mayoría de los estudiantes.

Bautista, el arquero, siguió con los reproches:

- ¡¿Pero por qué no se van a contar sus secretos a otro lado, la puta madre que los parió?!

Nicolás y Lucas, con cierta verguenza, se limitaron a pedir disculpas y prometieron que no volverían a desconcentrarse. Igualmente, no se salvaron de recibir insultos por parte del resto del equipo.

A partir de entonces, los dos defensores que habían fallado en la función de proteger su valla jugaron con incansables ganas de revertir el resultado y, con el correr de los minutos, fueron destacándose, a tal punto de que cada uno de ellos pudo disfrutar uno de los momentos más lindos del fútbol: festejar un gol. El marcador indicaba 3 a 2 a favor de Segundo Computación.

De esa manera, Nicolás y Lucas lograron reemplazar los silbidos por aplausos. Y fueron ovacionados con más intensidad cuando el profesor de Gimnasia dio el pitazo final. En tanto Bautista, el guardameta corpulento que se había fastidiado en gritos, fue el primero en felicitarlos.

Por último, la celebración del equipo se resumió en una interminable vuelta olímpica alrededor de la cancha de cinco de la Escuela Técnica número 35 Eduardo Latzina, ubicada en el barrio de Villa Real.

“¡Qué lindo recuerdo! Siempre se lo cuento a mi hijo Matías”, relata emocionado Nicolás, que ahora tiene 44 años y parece un niño al hacer memoria de aquel memorable encuentro del colegio. Incluso, no se queda atrás y chicanea a su esposa, una tal Micaela. ¡Sí, la famosa Micaela!, aquella niña de pelo castaño largo y ojos verdes por la que quedó perdidamente enamorado: “¡Todo lo que me pasó ese día fue por tu culpa, mi amor!”, enfatiza Nicolás con los tapones de punta.
“Bueno, pero al menos pensaste en mí y empezaste a jugar bien”, resuelve Micaela, como si fuera un zaguero experimentado, mientras ofrece un prometedor café con leche con medialunas.
“Pasaron 30 años desde ese partido, y todavía me acuerdo como si fuera ayer. ¡Qué bien que jugamos después de la puteada que nos comimos!”, comenta orgulloso Lucas, ese diminuto de pecas que provocó la inolvidable desconcentración propia y la de su amigo, con quien actualmente se reúne todos los viernes.

Aquella anécdota, que seguramente quedará grabada en las retinas de Nicolás, Lucas y Micaela, permite entender que el fútbol, además de ser un hermoso deporte, puede actuar como escenario de los más nobles e impensados momentos.

En tiempos en los que lamentablemente la violencia abunda tanto dentro como fuera de los estadios y asimismo en otros ámbitos de la vida, el fútbol (con sus defectos y con sus virtudes) es uno de los pocos elementos con los que cuenta la sociedad argentina para estar unida y aspirar a un mundo mejor y en paz.

Por eso, el fútbol es una verdadera oportunidad de construir alegrías. Por eso, también, ciertas batallas y ciertas ideas no están perdidas para siempre.

Por Pablo Medina

4 comentarios:

Deportivista dijo...

¿Intercambiamos links? Si te interesa responde en mi blog.
Mi blog es: http://marcador-deportivo.blogspot.com

Un saludo.
Muchas gracias.

Anónimo dijo...

Como estas amigo de la vida y del corazon! ... La verdad es que te extrano Pablito ... sos un amigo de verdad y te banco e lo que sea.
dejando atras el lado sentimental de todo esto, te queria decr que me encanto lo que escribste, de hecho te dije que me gusta como escribis .. se nota la pasion y ojala llegas bien lejos ... perdon ojala no! seguro vas a legar lejos y para lo que necesites voy a estar ahi.
Te mando un abrazo enormeeeee papu jeje! Cuidateme mucho si, y espero que andes bien vs y toda tu familia.
Suerte bambi!

Anónimo dijo...

Como estas amigo de la vida y del corazon! ... La verdad es que te extrano Pablito ... sos un amigo de verdad y te banco e lo que sea.
dejando atras el lado sentimental de todo esto, te queria decr que me encanto lo que escribste, de hecho te dije que me gusta como escribis .. se nota la pasion y ojala llegas bien lejos ... perdon ojala no! seguro vas a legar lejos y para lo que necesites voy a estar ahi.
Te mando un abrazo enormeeeee papu jeje! Cuidateme mucho si, y espero que andes bien vs y toda tu familia.
Suerte bambi!

Anónimo dijo...

Por si no te diste cuenta o estas dudandolo ... soy yo, Joni jajajaja .... Te quiero flaquito! Suerte con toda tus cosas ... saludos a la flia comleta obviamente a Tobi tambien jajaja.
Segui con tu pasion y amor hacia lo que te gusta que es el deporte .. estas en el buen camino!