miércoles, 9 de junio de 2010

Felicidades fugaces

A las 2.03 de la madrugada, Patricio se metió en la cama y, antes de dormirse, agarró su celular para leer por undécima vez un mensaje de texto que le había enviado Florencia durante la tarde del día anterior. Mientras disfrutaba de cada palabra sentía un agradable cosquilleo en su estómago y una intensa emoción en su corazón. Patricio estaba orgulloso de ser el mejor amigo de Florencia, pero él entendía que su amor hacia ella merecía otra "categoría". De ahí, tanta admiración frente a un simple sms, que para otro muchacho no hubiera significado mucho. Sin embargo, para este pibe de 21 años representaba el mundo entero.

El mensaje de Florencia indicaba: "daleee, buenísimooo. manana nos vemos cuando salis de tu laburoo ok ? tipo 18.30 te parece bien ? beso!".

Luego de observar esa frase que lo volvió un hombre más humano y más feliz, Patricio dejó su BlackBerry en la mesita de luz y, por fin, cerró los ojos para descansar por algunas horas, tras una interminable jornada de trabajo y de estudio. Igualmente, en los sueños, siguió pensando en esa chica que le está robando el alma.

A veces en la vida de cada persona se presentan ciertas situaciones que, al menos por un ratito, generan una sonrisa o un momento de tranquilidad. Son felicidades fugaces, como abrazar a una madre, escuchar la voz de una novia a la distancia, almorzar en familia, reencontrarse con un amigo, enterarse de que un hermano aprobó un examen o convertir un golazo de tiro libre en un picado. Algunas se extienden más que otras y perduran a lo largo del tiempo. Lo importante, al cabo, es que existen y hacen bien. De hecho, es fundamental saber aprovecharlas y no dejarlas pasar porque, tal vez, pueden ser los únicos regalos que conceda el destino.

Por Pablo Medina

1 comentario:

Silvana dijo...

Muy bueno Pablo! me encantó. Tenes razon en q hay q aprovechar al maximo los momentos lindos de la vida!
Besotes!
te quiero mucho!!!