lunes, 3 de septiembre de 2007

Victoriano Caffarena, el dueño de La Doce

El 12 de julio de 1925 una multitud teñida de azul y oro recibió en Buenos Aires a un equipo histórico que representó por primera vez al futbol argentino en el exterior en un viaje conocido como La Gira del 25, en la que el conjunto boquense dio cátedra futbolística al ganar 15 de los 19 partidos disputados en tierras europeas.

Un viaje lleno de condimentos y emociones pero con una particularidad: solo un hincha dejó todo por ver al equipo de sus amores y ese fue Victoriano “Toto” Caffarena, un escribano que no solo pagó su paseo sino que ayudó económicamente a la delegación integrada por 17 jugadores y dos dirigentes para que, de esta manera se concretase una idea originada por el periodista Hugo Marini.

Caffarena no solo fue hincha, sino tambien utilero, masajista, e incluso llegó a entablar amistades con los protagonistas, principalmente con Antonio Cerrotti -quien convirtió el primer gol de la gira ante el Celta en la victoria por 3 a 1- que tiempo después lo consagró al Toto como padrino de su hijo Carmelo.

Fue tanto lo que hizo por amor y devoción que los propios integrantes del plantel lo rebautizaron como EL JUGADOR NÚMERO DOCE.

La vuelta al país fue inolvidable para él ya que lo alababan como uno más, como siempre lo fue. Su mayor premio personal fue formar parte del reconocimiento que encabezó durante su gestión (1955-56 y 1960-80) el presidente del club Alberto Jacinto Armando, quién no solo homenajeó a todos los jugadores de la delegación sino también le entregó a Caffarena una plaqueta y un distintivo oficializándolo como EL JUGADOR Nª 12.

Por Jorge Daniel Gonzalez

3 comentarios:

CAEL Bs. As dijo...

Muy buena nota "gigante"... abrazo grande un placer haberlo conocido y andar con usted, como siempre digo, improvisando sobre la huella (que es de la manera que mejor salen las cosas). Sdos

Anónimo dijo...

Querido Jorge Daniel alias "El gigante": Su exelente nota tiene luz propia, brilla casi tanto como usted jaja. Muy buena la nota. Linda historia.
Abrazo
y nos vemos

Anónimo dijo...

Que buena la nota, no conocia el origen de LA 12.