Martín está en quinto año de la secundaria y lo único que piensa es en el viaje de egresados de la semana próxima. Hace ya dos meses que no agarra un libro: le encanta salir con sus amigos y programar, con mucho entusiasmo, la fiesta de fin de año de su colegio.
Sin embargo, los exámenes lo amenazan hasta los últimos días, previos a su estadía en Bariloche. El trata de zafar, se prepara los machetes y se copia, por las dudas, de sus compañeros, quienes tampoco se dedican a leer al menos un par de páginas.
Martín quiere terminar rápidamente con sus obligaciones estudiantiles y empezar a preparar el bolso que lo acompañará a disfrutar de la nieve. Pero antes debe enfrentar el último obstáculo: el trabajo práctico de la materia Comunicación y Nuevos Medios, que consiste en armar un texto informativo relacionando distintos apellidos del ámbito del deporte, el periodismo, el espectáculo y la política.
Cuando el joven recibe la consigna se da cuenta de que no conoce a casi ninguno de los nombres que están desparramados en la hoja en blanco.
Sólo advierte a los que pertenecen al rubro Fútbol. Entre ellos, al gran arquero de Independiente Miguel Angel Santoro, múltiple campeón con el Rojo de Avellaneda en la década del '70; a Gustavo López, destacado zurdo que actualmente defiende los colores del Cádiz de España; o al aguerrido Hugo Perico Pérez, ex integrante de la Selección Argentina.
Igualmente, al muchacho le surgen dudas sobre la identidad y las características de otros protagonistas vinculados con el mundo de la número cinco. En consecuencia decide sacarse sus inquietudes en Internet mediante el famoso buscador Google, y se entera, por ejemplo, de que el misionero Hugo Castillo fue un jugador que se desempeñó en Deportivo Español y en los conjuntos mexicanos Monterrey, Atlas y América; que Miguel Angel López era un defensor y después entrenador (durante mucho tiempo dirigió a Junior de Colombia y últimamente a Arsenal de Sarandí); y que Juan José López se atrevió a vestir las camisetas más grandes y mediáticas del país, las de River y Boca.
Hasta el momento, Martín ha solucionado parte del desafío final antes de ir a bailar todas las noches en Río Negro y de dormir en las excursiones. No obstante, todavía le falta averiguar el pasado y/o el presente de otras personas que figuran en el práctico.
Lo curioso es que no tiene intenciones de seguir despejando su falta de conocimiento a través de su computadora. Y entonces acude a la sabiduría de su padre Ricardo, quien le da una mano y lo ayuda amablemente.
En el marco de la comunicación, Ricardo le enseña a su hijo que Roberto Santoro fue un impecable periodista, autor del libro Literatura de la pelota, y que fue secuestrado y desaparecido durante la última y horrenda dictadura militar.
Asimismo le explica que Daniel, con el mismo apellido que el personaje anterior, ganó el premio Rey de España, trabaja en el diario Clarín (al igual que Hernán Castillo, encargado de cubrir generalmente la actualidad riverplatense), y que ha sido distinguido por sus numerosas investigaciones realizadas.
También le comenta que Alejandro Pérez dicta clases de básquetbol en la escuela de periodismo DeporTEA; que Arturo Pérez Reverte es un conocido escritor español; y que Abelardo Castillo se destaca desde los años '60 por sus redacciones literarias.
Martín, mientras tanto, escucha atentamente y anota los datos que su padre desliza. Se fija cuántos nombres le resta averiguar y, de repente, se pone contento al reconocer tres personalidades, dos de ellas relacionadas con el ambiente del espectáculo: los actores Osvaldo Santoro y Darío Grandinetti. Este último es el protagonista de Quiéreme, película que el estudiante vio hace cuatro días junto a su novia Gisela. El tercero es Vicente López y Planes, quien compuso el himno nacional argentino.
En el plano de la política, Ricardo no puede creer la ignorancia de su hijo al no saber que Néstor Grindetti es el ministro porteño de Economía; que Alberto Iribarne es el ministro saliente de Justicia; que Alberto Fernández es el jefe de Gabinete; o que Aníbal Fernández será el ministro de Seguridad y Justicia.
Y se sorprende, además, cuando Martín no tiene idea de que Juan Carlos Tedesco se encargará de la Educación; que Nilda Garré trabajará como ministro de Defensa y que Luis Barañao está en el área de Ciencias.
La primera mitad del trabajo práctico está finalizada. El fanático hincha de Independiente ya sabe quiénes son las personas que aparecen en la consigna. Ahora le queda la segunda parte, que es la de armar la nota con todos los nombres, una tarea en la que su padre no lo ayudará. Finalmente el joven entiende que aún debe esforzarse bastante para preparar el bolso tranquilo y disfrutar del viaje de egresados. Bariloche, entonces, parece lejano.
Importante: este texto fue escrito a comienzos de noviembre del 2007
Por Pablo Medina
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