miércoles, 13 de junio de 2007

Cuando el fútbol representa más que una pasión

Hugo “Pipo” Benítez es un diariero de Villa Devoto. Tiene 61 años y vive el fútbol de una manera especial, según sus propias palabras. Desde hace mucho tiempo recorre los numerosos estadios de nuestro país para deleitarse con cualquier partido, no importa qué equipos jueguen.

- ¿De qué cuadro es usted?

-De chico decía que era de Boca, pero cuando empecé a gritar los goles de River, me di cuenta de que algo raro me estaba sucediendo.

- ¿En serio me dice?

- ¡Sí, sí!, difícil de entender, ¿no? En su momento ni yo lo podía creer. Después aprendí que no me importaba el color de la camiseta, sino el placer de ver el juego. En consecuencia, me hice hincha del fútbol.

- ¿Qué sensación le provoca estar en una cancha viendo un partido?

Mirá, es un sentimiento muy difícil de explicar, una experiencia inigualable. Cuando se produce el milagro del gol, se me caen las lágrimas de emoción, así como también me fascina ver una gambeta mágica o a una hinchada ovacionando el nombre de algún futbolista. Es un momento único, extraordinario.

- ¿Cómo encuentra el nivel de juego del fútbol?

- La verdad es que decayó un poco respecto de otros tiempos. De todas maneras, se pueden apreciar buenos partidos cada tanto.

Benítez perdió a sus padres desde muy joven, nunca se casó, nunca tuvo hijos y siempre se dedicó a trabajar. Por otro lado, hace dos meses le diagnosticaron cáncer de pulmón. Desde que los médicos le dijeron que padece esa enfermedad, se aferró aún más al fútbol.

“No te das una idea de lo importante que es este deporte para mi. Ir a una cancha me permite escapar de la realidad y disfrutar de la vida. Por lo menos, puedo olvidarme de que me queda poco por vivir, aunque sea por un par de horas”, agrega Pipo.

- Y cuando ocurren hechos de violencia, ¿qué le pasa por la cabeza?

- Me molesta que los hinchas confundan la pasión con la estupidez. Los interminables insultos hacia los jugadores no me parecen correctos. Muchas veces los tratan como si fueran criminales. Además, es insólito que, si un equipo pierde, se lo castigue con tanta brutalidad.

- ¿Ve alguna solución a futuro?

- No, no... lamentablemente no. Creo que la violencia va a seguir siendo protagonista por mucho tiempo más.

Su mirada lo dice todo. Él se encuentra triste, resignado y cada vez con menos fuerzas: “La gente que ocasiona disturbios en los estadios no se da cuenta de que me está quitando la posibilidad de distraerme un poco y no pensar en mi enfermedad”, finaliza Benítez.

Los códigos entre las personas parecen olvidados: el respeto, la buena voluntad y el compañerismo son valores que se perdieron en el pasado, y por ahora, no tienen retorno. Lo más angustiante es que no sólo están desapareciendo en el ambiente futbolístico, sino también en todos los aspectos de la vida.

Por Pablo Medina

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola chicos. Me llamo Ceci y los escucho siempre. me gusta mucho su programa.

Me encantó el texto. Muy bueno Pablo, te felicito. De alguna manera demuestra la realidad en la que vivimos, donde el egoismo y la falta de solidaridad se imponen por sobre los buenos valores.

Es muy original el blog de ustedes. Además de preguntas para los oyentesm... también hay distintos textos... quiero leer más!!!

BESOTES CHICOS